21 ene 2010
Ni negro, ni blanco. Más bien tirando a gris oscuro.
Morderse la esquinita inferior derecha del labio o la uña del dedo gordo de la mano izquierda no puede ser algo bueno. Aunque el estómago salte, la pierna marque un ritmo compulsivo y aparezca la sonrisa nerviosa. No puede ser algo totalmente bueno.
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Lo que hacen unas cursivas.
ResponderEliminarEnhorabuena por el nuevo post!
Hace ya mucho tiempo que cesé en mi intento de comprender a Lina Mondragón, creo que a ella le pasó lo mismo conmigo. Un texto como este me hace pensar en los múltiples e infinitamente complejos contextos y asociaciones que puede tener detrás y está mejor así, porque prefiero no saber.
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