No creo que sea locura, tal vez sea simple terapia. Hablo de esos discursos que nunca llegan a sus destinatarios, extensas argumentaciones en donde se explica clara y de manera irrefutable todos los inconvenientes, dificultades, oposiciones o malestares.
También se redactan cartas o correos electrónicos en donde el contenido es más elaborado y probablemente más extenso. En algunas ocasiones se llega a pensar incluso en la forma: diseños y materiales distintos que como campañas publicitarias impacten con pocas palabras el sentido fundamental de lo que se quiere decir.
Bueno, tal vez no sea muy sano, pero en todo caso es una lástima que el único testigo de todo este "derroche argumentativo" es y será mi almohada.
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